El Gobierno quiere reformar el Estatuto de los Artistas a lo largo de 2022. Esto cambiará el marco laboral de todos los que trabajan en este mundo, desde los actores a los técnicos, vigilando y sancionando a las empresas que contraten a presuntos falsos autónomos.
El uso de la la figura del falso autónomo en el sector de la cultura podría tener los días contados. El Gobierno plantea en la reforma del Estatuto del Artista, que estudiará a lo largo de 2022, la delimitación de los contratos laborales con el objetivo de impedir la “proliferación” de este fraude a la Seguridad Social. La medida ha sido acogida con cautela por el sector. Las empresas de la cultura, muchas de ellas pequeños negocios, consideran que antes de ser sancionadas por tener este tipo de relaciones laborales, debería establecerse un marco legal que les permita contratar con la itinerancia y casuística que su actividad requiere.
Durante una rueda posterior a la segunda reunión de la Comisión Interministerial para el desarrollo del Estatuto del Artista, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, explicó que el objetivo de la Comisión es adaptar las diferentes normativas de Seguridad Social, de Trabajo o de Educación al mundo cultural. “Tienen un carácter general y universal y es momento de legislar esa especificidad que es la cultura” dijo Iceta. En este sentido, y en lo que respecta al marco laboral, lo que se plantea es no sólo regular los contratos de los artistas, sino de todas las profesiones técnicas que intervengan en el desarrollo de una actividad cultural como pueden ser los técnicos de sonido, iluminación, artes graficas, guionistas y otros muchos profesionales.
Según la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, se contempla la modificación de la legislación laboral para afectar también a “las profesiones técnicas cuyo régimen de trabajo se somete a las mismas características de intermitencia y temporalidad que tienen los artistas, que requieren de un tratamiento singular. Estamos hablando de centenares de categorías profesionales”. Díaz expresó su intención con esa modificación laboral de luchar contra el fraude de los falsos autónomos: “pretendemos establecer una delimitación clara para evitar la proliferación de los falsos autónomos y mejorar el concepto de empleador, a los efectos de la relación laboral especial, haciendo expresa mención al papel de las Administraciones Públicas en la contratación de artistas”.
¿Hay muchos falsos autónomos en la cultura?
El Estatuto del Artista establecerá cuándo una empresa o una entidad pública puede contratar a un autónomo o no. O, mejor dicho, cuándo un profesional de la cultura, bien sea el cantante o bien sea el técnico de sonido, debe ser contratado como asalariado, en vez de como un trabajador por cuenta propia. Se trata de una limitación de la actividad de las empresas del sector culturar que cambia por completo el modus operandi de estas actividades.
Según reconocieron algunas de las actividades con las que ha contactado este diario digital – entre las que se encuentran guionistas y profesionales técnicos- en el sector de los espectáculos se utiliza mucho la figura del autónomo. Y en algunos casos se ha hecho un uso inapropiado de la misma, bien por un abuso de la entidad contratante o bien por desconocimiento de la propia normativa laboral. Hasta el punto de que la contratación de falsos autónomos es algo común.
No obstante, y aunque se muestran expectantes ante la reforma del Estatuto de los Artistas, señalan que cada actividad dentro del sector presenta unas singularidades propias y por ello temen las posibles modificaciones que se hagan.
Las empresas de la cultura ya están siendo sancionadas por tener falsos autónomos
Aunque aún no se ha delimitado el uso de la contratación de autónomos o de presuntos falsos autónomos en el sector de la cultura, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social está actuando sobre las empresas de espectáculos y está sancionando. Según informó el presidente de la Federación de la Industria Audiovisual y Eventos (FIAVE), Pere Albiñara, se han producido una serie de actuaciones de la Inspección en las empresas técnicas, de montajes audiovisuales, sonido, iluminación, de alquiler de equipos y otras actividades relaciones con la producción de actividades culturales y “son ya 13 las actividades inspeccionadas y sancionadas. En la mayoría de los casos, se multa por tener a falsos autónomos contratados. Con lo cual, parte del acuerdo alcanzado con la Administración consiste en emplearlos como trabajadores por cuenta ajena».
Albiñara aseguró que las inspecciones en el sector van a seguir, tanto en Cataluña como en el resto de comunidades autónomas, lo que significa que las empresas de la cultura, muchas de ellas pequeños negocios, no van a poder seguir contratando freelance debido a la interpretación de la relación laboral y no mercantil que hace la Inspección. “El problema de esto radica en que la forma de trabajar que siempre hemos tenido se basa en la contratación de autónomos, porque no hay ningún contrato laboral que atienda a nuestras necesidades de temporalidad y horas. Es algo que se hace en Cataluña, Madrid, Valencia o en cualquier otra parte de España. Incluso a nivel europeo” dijo.
Además es algo que se hace así por el nivel de especialidad que tienen los profesionales externos que contratan. Según explicó mientras que para la Administración la contratación de, por ejemplo, un técnico de sonido es uniforme, sirve para todo tipo de trabajos y, por eso, obliga a su relación laboral, para las empresas de la cultura no. “Porque nosotros requerimos y contratamos verdaderos especialistas para cosas muy puntuales. Por ejemplo, un técnico de sonido se puede especializar en el control de equipos en giras de estadios olímpicos, o en controlar las charlas que se dan en un hotel, o en conciertos. No tiene nada que ver una cosa con la otra. Las empresas han ido a buscar el especialista que le interesaba, según el acto que iban a hacer, y por eso siempre han contratado autónomos”.
Pero ahora, como ha dejado claro la actuación de la Inspección, las empresas no pueden trabajar de esa forma, es decir, contratando presuntamente falsos autónomos. “Con la obligación a laboralizar a los empleados técnicos, los costes han subido y muchas actividades que tienen concursos o licitaciones ganadas para la realización de un concierto, una fiesta o un espectáculo no van a poder cumplir con él” se lamentó el experto.
“Hay un vacío legal en la cultura y la mayoría de las empresas estamos bajo el convenio del metal”
El presidente de FIAVE defiende que siempre se ha trabajado así en el mundo de la cultura, mediante la contratación de autónomos, porque no hay un marco legal capaz de adaptase a las características de empleabilidad que requieren las empresas de espectáculos. “Las empresas de la cultura tenemos una plantilla estable que puede ser de una o dos personas durante la semana, pero luego puede haber un fin de semana que necesitemos 3 personas o 20. Por eso recurrimos a esa contratación externa. Pero en el momento en el que tienes que dar de alta a una persona como empleado, se deben cumplir con un proceso burocrático que es casi imposible de asumir, porque además nosotros trabajamos con muy poca antelación” dijo Pere Albiñara.
Albiñara aseguró que, según su experiencia, los técnicos tampoco quieren dejar de ser autónomos, o, supuestos falsos autónomos. “A raíz de la inspección se han dado casos donde las empresas han ido a contratar al técnico de iluminación o sonido como asalariado y éste no ha querido. Aseguran que para ellos es mejor ser autónomo, porque se aseguran una cotización lineal y no por días, tienen su clientela y en el caso de que ocurra una pandemia, estarán protegidos por la cotización que han ido realizando” apuntó.
A su juicio el problema del sector reside en un ‘vacío legal’ en la contratación de profesionales de la cultura del que muchas entidades, por desconocimiento o por abuso, han acabado haciendo uso de la figura del falso autónomo. “Muchos se han enterado de que estaban cometiendo un fraude con la contratación de un autónomos TRADE (Trabajador Autónomos Económicamente Dependiente) cuando ha venido la inspección […] También es verdad que hay entidades que han abusado de su posición y han puesto un precio fijo al desempeño de una actividad, sin posibilidad de negociar al autónomo. O, por ejemplo, cuando un teatro que tiene a un técnico como autónomo, cuando va todas las semanas a realizar la misma labor”.
Albiñara defiende la reforma del Estatuto del Artista pero sobre todo la creación de un convenio laboral para los profesionales de la cultura. “La mayoría de nosotros estamos metidos en el convenio del metal y ya me dirás qué tiene que que ver nuestra actividad de espectáculos con los trabajadores de Seat o Nissan”. A través de este futuro convenio, se debe permitir la contratación de personal de manera sencilla, rápida para que pueda cumplirse con las jornadas que requiere esta actividad cultural, defendió.
Muchos de los guionistas de los programas de televisión “son falsos autónomos”
Los guionistas se enfrentan también al problema de los falsos autónomos. El Sindicato de Guionistas ALMA sostiene que “a menudo se ven casos de falsos autónomos en el sector”. En concreto señalaron “la contratación de guionistas por parte de una plataforma (o por una productora para una plataforma) para escribir una serie que antes habría ocupado la franja de prime time en la que se da una relación de dependencia, que se caracteriza porque tienen que escribir lo que les indiquen y como se lo indiquen, y en la que sin embargo la contratación se hace por cuenta propia”.
Se trata de una situación que es muy diferente a la de los guionistas que ejercen libremente por cuenta propia escribiendo un largometraje, un proyecto de serie o un formato de programa de televisión y que “puede o no llegar a conseguir que alguien adquiera los derechos para producirlo. En este caso su trabajo es legítimamente autónomo” aseguraron fuentes del Sindicato ALMA.
Según dijeron, el uso del falso autónomo guionista se da muchas veces “dentro de la Administración, en las televisiones y radios públicas. A veces directamente y a veces por medio de productoras”.
En cuanto a lo que se podría hacer para corregir de alguna manera esta situación, explicaron que “los límites los marca realmente la manera en la que se desarrolla la actividad. En el caso del trabajo laboral, un guionista obedece las instrucciones de la empresa o del empresario, y el resultado de su trabajo (el guion en sí) no le pertenece, al margen de los derechos de autoría que le correspondan».
«Cuando se dan esos elementos, no se se está trabajando por cuenta propia (autónomos) sino por cuenta ajena, y muchas veces se obliga al trabajador a aceptar la contratación como autónomo para reducir el impacto económico de los seguros sociales en las productoras». Es decir son falsos autónomos.
Fuente y foto: autonomosyemprendedor.es